Franz Kraus dejó Alemania hace 15 años, cediendo su puesto como director general en la industria de la comida internacional, para venir a Mallorca. Fundó una fábrica de helados “Sa Fábrica” en Sóller 5 años más tarde, que tiene actualmente 20 trabajadores. Empezando por el encantador jardín en Sóller, la empresa se convirtió en la más importante productora de helados en la isla. Actualmente usted encontrará helados de Fet-a-Sóller en los menos de muchos de los mejores restaurantes, así como en supermercados y tiendas de por toda la isla.
¿Por qué decidió usted venir a Mallorca hace 15 años?
Vivir aquí es mi deleite personal. Conocí a mi esposa aquí y decidí quedarme. Mallorca es el lugar más europeo de Europa y un pequeño pueblo al mismo tiempo.
¿A qué atribuye el éxito de su empresa?
Desde muy al principio nos centramos en la calidad y queríamos hacer el mejor helado de la isla. Nuestro helado tiene 8 % de grasa, lo que es único en Mallorca. No usamos sabores artificiales, conservantes ni colorantes. Los helados fabricados en grandes fábricas llamados “helados individualizados”, tienen un contenido graso más bajo y un tasa más alta de agua en consecuencia. A demás, mi experiencia en la industria de la comida internacional me fue de gran ayuda, por supuesto. Sé qué canales de distribución necesitan seguirse para lanzar con éxito un producto.
Hace unos años usted fundó la iniciativa “Fet-a-Sóller” ¿Qué idea hay detrás de esto?
Fet-a-Sóller es una plataforma para los productores locales ya sea de naranjas, aceite de oliva y sobrasada, para ofrecer una garantía de calidad para el consumidor. Nos gustaría dar a los turistas una noción de los productos de la isla y hemos creado canales de distribución para la producción agrícola. Algunos productos se hacen en “Estel nou”, un taller para gente discapacitada. “Estel” vela por la ayuda y la integración. Nos gustaría brindarle a la gente con problemas la posibilidad de hacer algo y sentirse miembros valiosos de nuestra comunidad. Por ejemplo uno de los productos manufacturados en el taller es la tradicional mermelada.
¿Por qué eligió Sóller como ubicación?
Primeramente, porque me siento muy cómodo aquí, pero para mí personalmente es también la zona correcta por razones sociales. Creamos empleo y un mercado para los productos locales agrícolas pendientes de vender y esta es nuestra contribución para mantener la base económica de la región. Nuestro compromiso es más beneficioso para la comunidad local que para las empresas multinacionales que sólo ven la isla como otro mercado.
¿Qué ventaja tiene su empresa, en comparación con las empresas multinacionales?
Es verdaderamente complicado competir con los grandes jugadores, pero nuestra ventaja es que somos más rápidos y más flexibles. La única manera de la que podemos competir es ofrecer una mejor calidad y mejores productos. Nos gustaría ver que cada vez más clientes compraran deliberadamente productos locales, incluso aunque fueran más caros. De esta forma, los consumidores apoyarían la economía local y favorecerían la fundación de una alta calidad de vida, lo que nosotros apreciaríamos mucho y disfrutarías mucho de la isla.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiera emprender un negocio en Mallorca?
Uno debería tener suficiente capital sobrante y examinar cuidadosamente si el mercado para los productos o servicios planeados ya existe. Otra consideración a hacer sobre Mallorca, es que tan pequeño como es, mantiene parte de la Europa moderna, así que las normas y regulaciones son complicadas igual como lo son en cualquier lado. Y finalmente, el idioma español; la integración es cuestión de hablar el idioma.
¿Qué planes tiene para el futuro?
Hemos convertido Sa Fábrica en una corporativa con diez socios para ser suficientemente fuerte para soportar la expansión por toda la isla e implementar nuevas ideas innovadoras en Mallorca.